viernes, 14 de noviembre de 2014

El adolescente como elemento catalizador para su familia


Foto: T. Román
"Una familia sana evoluciona al ritmo en que se desarrollan sus integrantes"

Para el trabajo que queremos desarrollar, ponemos en duda la coherencia del funcionamiento de familias descompensadas en su exasperante ritmo, por el que se trata de alcanzar la utopía de satisfacer lo individual y lo grupal a un tiempo. A veces parece que la distancia entre lo que se piensa, se siente y se actúa es cada vez mayor y el punto de encuentro resulta puramente formal. Es complicado predecir dónde nos conducen los actuales entornos mal dibujados, esas funciones poco netas de la familia actual. En este ambiente se hace cada vez más complejo consolidar lo singular, dotar al sujeto de una sólida identidad necesaria para un funcionamiento maduro. “La velocidad de cambios exige una familia en permanente reactualización. El tránsito de lo tradicional a lo novedoso deja sin referentes y confundidos a los sujetos en el ejercicio de sus roles. ¿Son más libres en el intercambio de funciones o están más desorientados? La rapidez y la oferta de consumo muestran lo efímero de la plenitud y la satisfacción. Se necesita permanentemente llenar vacíos.